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"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo
que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Woolf

viernes, 31 de mayo de 2013

Tira millas

Noruega, 2007, Enrique Álvarez Fanjul



Echamos a andar hace tres días y ahora, ya puestos, quién le pone puertas al campo, dónde parar, dónde el límite.  Si nos ponemos intensos y transcendentes diremos que en nuestro interior, en nuestro arrojo, ahí lo tenemos, el límite.  Después de días de caminata (se nos ha ido un poquito de las manos ;) hemos comenzado a  viajar, con el mismo espíritu que iniciamos nuestro paseo pero más lejos.  Al menos con la imaginación.

Y aquí la eterna batalla entre si ser turista o ser viajero. Yo no sé muy bien qué soy. 

Siempre he detestado llegar a un lugar y tener un montón de “citas” que cumplir porque no quieres perderte nada y ya, a priori, bajo esas premisas, comienza mal la cosa.  Te agobias, te das el atracón, haces miles de fotos que luego no recuerdas haber hecho, vas de un monumento a otro haciendo la visita del médico y te vuelves a casa molido como quien se ha montado en el tío vivo y completamente aturdido.  Eso sí, te dices a ti mismo: “Ha estado bien”.  Lo confieso, conozco la experiencia.

"Deja tu casa. Ve solo. Viaja ligero. Lleva un mapa. Ve por tierra. Cruza a pie la frontera. Escribe un diario. Lee una novela sin relación con el lugar en el que estés. Evita usar el móvil. Haz algún amigo".  El tao del viajero, Paul Theroux.

Pues esto que dice  Theroux  en su libro El tao del viajero tampoco lo he cumplido a rajatabla porque ni me fui por tierra, ni escribí un diario (cosa de la que ahora me arrepiento enormemente viendo esta incontinencia verbal que me gasto desde febrero), ni crucé a pie la frontera, ni dejé de usar el móvil.  Así que, técnicamente tampoco se me puede catalogar de viajera

Pero, sí, me fui sola, llevé un mapa, iba ligera y sin billete de vuelta, hice amigos y leí, leí mucho de todo.  

Por eso sé que mi actitud viajera puede que se acerque más a la pregunta que se formuló Rimbaud desde Etiopía y que luego  Bruce Chatwin  utilizó como título de su recopilación de relatos de viajes
  ¿Qué hago yo aquí?   

Aunque lo mío sería más del estilo ¿Qué c*** se me ha perdido a mí por aquí?   Difícil respuesta porque cuando haces un viaje de estas características, en el que inviertes sobre todo tiempo, principalmente al cambiar de paisaje exterior lo que vas buscando es cambiar el interior, sales a la búsqueda de algo más que monumentos.  Te buscas a ti mismo.  

Lo dice Theroux “no puedes transitar el camino hasta que tú mismo te conviertes en el camino”

Pero de esto, porque tiene miga, hablaremos en otro momento.

Situémonos en el punto medio. En el de no quiero ser un turista más, huyamos del turisteo, de las temporadas altas, del viaje con nosotros, pero tampoco quiero dejarlo todo en manos del azar y la sorpresa (¡por favor, al menos una ducha caliente! ;)

Una vez cerrados unos cuantos temas de logística, deja fluir tu viaje, con toda probabilidad saldrás ganando, de manera que acabarás de verdad sorprendido por la experiencia.   Si en tu ciudad desconoces que la Iglesia que tienes pegada a tu fachada tiene más de 500 años y que alberga en su interior tallas valiosísimas, no tiene mucho sentido que te atormentes con cientos de datos de otra ciudad y que acabarás olvidando nada más aterrizar de nuevo en tu casa. 

Para mí viajar a otra ciudad es viajar a un modo de vida.  Como ser social que soy, no entiendo desplazarme a otro lugar sin entrar en contacto con la gente que lo habita y, de su mano, a través de sus ojos, conocer el lugar en el que estoy.    Lisboa, La Habana, Estambul, Messina son sitios que he descubierto de este modo y aunque me llevaba muy bien aprendida mi guía de viaje no tuvo nada que ver con lo que aprendí de la mano de ellos acerca de ellos mismos y de su ciudad.   Y, por supuesto, que vi iglesias, museos, maravillas de la Naturaleza, comida y bebida diferente, como en tantos otros sitios, pero la vivencia y el recuerdo de estas experiencias no se me olvidará jamás.

Y bueno, y al final, todo esto adónde me lleva, pues a proponeros que  escapemos, que tiremos millas de la mano de esta hermosa canción y su preciosa voz.






martes, 28 de mayo de 2013

... ...el caso es andar


Si por algo me gustan estos días en los que intuimos que ya tenemos el Verano ahí a la vuelta de la esquina es por esas mañanas en las que pasear por las calles, cuando comienza a ponerse en pie todo, es un pequeño placer cotidiano.

El primer Sol del día comienza a caldear el ambiente, las plantas y el suelo están recién regados y sube un olor a tierra húmeda de los jardines que a mí me da un grandísimo chute de bienestar y alegría. Lo reconozco soy una urbanita irredenta, adoro las ciudades, cualquier  ciudad, sobre todo me gustan a esa hora del día en que se ponen a funcionar.
Esto viene a unirse a lo mucho que me gusta   pasear, despacio, recreándome, sin rumbo, sin prisas, con fruición.

Lavapiés, 2007, Paloma
Tengo la suerte además de vivir en  Madrid  donde poco importa de dónde vienes, nadie te lo va a preguntar, el latido de la ciudad tiene su centro en su hospitalidad  y hay tantos latidos como barrios tiene. Dicen que cada ciudad tiene su propia personalidad, yo creo que la de Madrid es esta: su vocación de acogida. Un día elegiremos un barrio y lo pasearemos juntos desde primera hora y a conciencia. Vamos a planearlo.


Pasear es un placer si te dejas fluir, si andas con la mirada atenta, observas lo que va apareciendo alrededor y dejas que te traspase y alimente.

Hay un libro que, por esto mismo que vengo contando, me gusta especialmente, una joyita sobre la que vuelvo de cuando en cuando para recrearme en el placer de su lectura y de pasear. Se trata de  El Paseo  de Robert Walser, donde casi de modo artesanal, minucioso, se desgrana en sus páginas la vida cotidiana durante un paseo por la ciudad.


“Declaro que una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, como me vino en gana dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a buen paso a la calle… …El mundo matinal que se extendía ante mis ojos me parecía tan bello como si lo viera por primera vez.”

Todo el recorrido se presenta con exquisita maestría sin faltar su toque de ironía ante determinados comportamientos humanos mientras la vida fluye por las calles y por el paseo que se narra. Su autor, Robert Walser, fue un finísimo observador de la vida pero tuvo poco tiempo para recrear su inteligente escritura en el papel pues padeció una grave enfermedad mental hereditaria que acabó con él. Esto no impidió que se hiciera con el beneplácito y la admiración de escritores como Thomas Mann, Canetti, Walter Benjamín, Kafka. Si llegáis a leer el libro del que hoy os hablo entenderéis muy bien la admiración que despertó pues desde el primer momento nos cautiva con el fluir de su prosa como el fluir de su paseo.

Si queréis profundizar más en su figura y su obra al final os dejo unos enlaces donde podéis hacerlo, creo que merece la pena.


Pasear mola… por algo será, quizá por un no sé qué sensual del cuerpo en movimiento, como acariciando aceras que dice  Drexler  en esta canción donde la percusión acompasa el paso… sin esperar que algo pase…



O como dice su chica… sin tiempo que ganar…




Escucho mucho una canción detrás de otra cuando voy andando por la calle, puede ser porque la historia de ellos dos me conmueve o porque les gusta pasear tanto como a mí…

El caso es andar



Caminante, son tus huellas el camino y nada más…




viernes, 24 de mayo de 2013

(em)Prendimiento



“Tu tiempo es limitado, así que no lo desperdicies viviendo la vida de alguien más. 
No te dejes atrapar por el dogma, que es vivir con los resultados de los pensamientos de otras personas. No dejes que el ruido de las opiniones de otros ahogue tu voz interior. 
Y lo más importante: ten el coraje de seguir a tu corazón e intuición. 
De algún modo ellos ya saben lo que realmente quieres ser. 
Todo lo demás es secundario”.
Steve Jobs



Hace unos días acababa mi post algo decepcionada con en este siglo XXI que nos está resultando pelín retrógrado y casposo, a ver si hoy le veo su lado amable y logro enmendarlo.

Difícil  empresa.
Uy, empresa… ¿a qué me suena eso?

Desde hace un tiempo vivo con la sensación de que algo nos quieren vender, que hay una idea bastante definida de hacia donde nos quieren conducir después de pifiarla bien pifiada y de cargarse todo un sistema público que funcionaba. Nada ya va bien, así que, vamos a echar balones fuera y que nos den el problema resuelto. Esta parece ser la consigna.

No hay día en el que no oigamos hablar de  emprendedores, de emprendimiento o de empresarios hechos a sí mismos. Tenemos el concepto hasta en la sopa. Abres el periódico y te encuentras con los emprendedores. Pones la radio y ahí tenemos al emprendedor. Recorres twitter y mil consejos para emprender. Es el pan nuestro de cada día.

Bien, buena salida.
Con esa cifra desorbitada de parados y ante la incapacidad de salir del atolladero demos un empuje al “do it yourself”.  Y si no hay trabajo pues que se lo inventen. Bastante hicimos ya nosotros teniéndoles bien ocupados durante años llenando de ladrillo el país mientras nos enriquecíamos sin medida y sin escrúpulos.

Bueno pues vamos a ello.
¡Emprendamos!

Lo que ocurre es que, con tanta insistencia, están generando mucha angustia al señalar la salida por esa vía, angustia que se viene a sumar a la que ya de por sí tiene el desempleo. Al igual que no todo el mundo vale para diseñar el Voyager, no todo el mundo sabe, quiere o puede construirse un nuevo panorama profesional después de años en una misma empresa. O le falta empuje, o le sobran años o para lo que podría hacer mejor no hay mercado.

Luego oímos por doquier, a los adalides del autoempleo, hablar de todas las facilidades que el nuevo empresario tiene para lanzarse a emprender, desde la financiación hasta las ayudas (condiciones curiosas para conseguirlas) llegando a la simplificación de la burocracia para agilizar los trámites. Lo que ocurre es que en la práctica no es así. Agradecería que me sacarais de mi error en este punto. Hoy, al parecer, quedará aprobada la nueva  Ley de Emprendedores, veremos en qué se materializa a la hora de la verdad. Lo mismo tenemos que recurrir a exorcismos.


www.connectioncafe.com

Y dicho esto, que no todos saldrán de esta crisis creando empresa. Yo, afirmo, que en realidad a lo que se está  es al (em)Prendimiento, es decir, a la caza y captura del trabajo, buscando una señal que muestre el camino, no a su invención. Diseccionando el mercado como forenses buscando por dónde está la fuga y adónde se le puede echar una mano, justo la que nos sobra, la mano de obra.

Veo, que no, que no acabo de enmendar mi postura. ¡Qué empresa la mía!

Hagamos otro intento.

Emprender está muy bien ;)
Mejor… sigamos por ahí.

La crítica anterior solo es el resultado de un colapso de información al respecto que llevo arrastrando desde hace meses y que me ha llevado a saber muy bien qué nos venden con esto del “emprendimiento” . Aquí donde me veis, paradójicamente, después de lo expuesto, me dispongo a liarla parda de aquí al Otoño.
Os mantendré informados.

Y, a pesar de las milongas que nos cuentan desde esos púlpitos en los que se sitúan, esta muy bien encontrar tu propio camino pero, como dice Steve Jobs, escuchando tu propia voz interior, no los dogmas y pensamientos que otros pretenden imponerte. Y si no ves solución en solitario, asóciate, crea equipo, busca apoyo e ideas en quien te rodea. Si te convencen vívelas como propias y desarróllalas. Estamos viendo que los mejores avances en creación de empleo están surgiendo de la iniciativa social desde abajo pues a los de arriba les importa un pimiento cómo llegas a fin de mes.

Metamos aquí a Maxwell:

Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas,cuando vean que no te pueden detener, te dirán cómo lo tienes que hacer, y cuando finalmente vean que lo has logrado dirán que siempre creyeron en ti.

No es un camino de rosas, quién lo discute, pero tomar las riendas de tu destino ya sea en lo laboral, en lo privado o en lo político da tantas satisfacciones que no importa las horas que le eches o lo duro que sea, merece la pena

Demos la vuelta a todo, los tiempos están cambiando.

Felicidades Bob.




Venga vale, emprenderemos.
Además yo juego con ventaja. Yo os tengo del otro lado  (:
Gracias.

martes, 21 de mayo de 2013

Así de pequeña



Porque sólo se necesita saber llorar o llorar para vivir,
y luego remontar la cuesta desnudos,
y el pozo o la sombra,
y porque el viento juega a favor de los que aman y escuchan
Princesa Inca

Estaba yo dándole forma a un texto para ofrecéroslo hoy con un tema candente y en boca de todos y de repente, hace unas horas, desde una estantería, como una aparición, como por casualidad, se ha cruzado en mi vida  Princesa Inca  y no he podido seguir pensando en lo que os iba a contar. Ya habrá días. 

Abrir el libro, detenerse el mundo y abstraerme ha sido todo uno.


Puede que a mis amigos lectores hoy les cueste seguirme, o tal vez no, quizá se rebelen ante lo aquí expuesto. 

Ellas no, ellas estoy segura de que me seguirán desde la primera frase que abre el post porque lo que traigo es esencia femenina, intangible y misteriosa en forma de versos. 
Eso que nos diferencia y que en definitiva nos complementa. 
Una manera de estar en la vida que comienza en la epidermis y se traduce en el pensamiento  hoy la he encontrado en  “Crujido”  el último libro de Princesa Inca.

Esa fascinación que de repente he sentido puede que venga del desgarro que hay en sus poemas o de ese jugueteo con la locura que atrae como un abismo. Aunque yo no soy muy dada a dejarme arrastrar hacia la desesperación entiendo muy bien ese sentir y esa fragilidad que transmite, la vulnerabilidad con que se enfrenta al mundo y que paradójicamente la empuja a seguir. 

Os dejo un enlace donde se hace una magnifica reflexión sobre el libro y donde (inevitable) se menciona como referencias a otras poetas anteriores como Sexton o Pizarnik. Yo me dirigiría también hacia la prosa y la poesía de Clarice Lispector, algo que solo puede dar una  mujer, en ella nada es banal, todo nos interpela y nos habla. Lispector fue la maestra, nos mostró el camino hacia nuestra libertad.

Que nada es trivial nosotras eso lo sabemos bien. Cada detalle cuenta. Cada segundo cuenta. 

Y las que saben contarlo lo cuentan desde su voz de mujer…


que felicidad desnuda bajo la lluvia
reconozco la inmensidad de lo que huye,
el tiempo, la vida, yo misma...

recuerdo un olor, un parque, una saliva,
una noche dedicada a secuestrar el miedo
e imaginar un prado donde llenarse de humedad
y romper la boca dentada de la muerte
Princesa Inca



Que el mundo puede llegar a ser muy hostil eso lo experimentamos todos: hombres y mujeres. Todos nos sentimos amenazados en algún momento pero la violencia contra las mujeres, en especial contra las niñas, es tangible y sigue dándose demasiado a menudo por todo el mundo como para ignorarlo, no son sucesos aislados. Puede que de ahí nos venga la sensación real o irreal de desprotección. Y perdonad si encontráis brusco este giro en la exposición pero, para mí, forma parte de un todo cuando se habla en femenino

Desde hace días hay una imagen que me sigue y me atormenta y es la de esa niña que encontraron hace poco vagando por las calles con la boca cosida con hilo de pescar y marcada por mil torturas. 

Mientras unas se sienten violentadas a diario, por un comentario, por una mirada, hay quien realmente sufre en su carne lo que es la violencia por el hecho de nacer mujer. Una y otra situación no son comparables pero el germen es el mismo: la ignorancia y el miedo

La educación siempre la educación.

Me estoy poniendo intensa, lo noto. Y no me engaño, sé que esto que hoy digo es discutible y que la sensibilidad no es patrimonio femenino, todos los días algún escritor, algún amigo, me lo demuestra.  

Pero…






jueves, 16 de mayo de 2013

Cocíname unos huevos, si tienes.



Si, ya sé, ya me vale, un titular de esta guisa. 
Pero no me rechistéis que aún podría ser peor que la primera opción (descartada absolutamente) era “Cocíname, si tienes huevos” pero como de sexo ya hemos hablado (creo) y de lo que hoy trataremos será de cocinar y comer, me ha hecho tilín, ante tan suculento tema, empezar el post y el día echándole huevos (:

Venga no me pongáis esas caras que me doy cuenta de que la cocina y el sexo tienen mucho en común y también hay mucha Literatura al respecto.
No se hable más, volveremos sobre ello. Pero de momento vamos a sentar las bases.


Si eres de los que te gusta  comer  y disfrutas comiendo entenderás en seguida el come come que me ocupa este día.

¡Hay que ver qué rico está todo!

Y que complicado resulta ponerse a pensar en los menús de cada día haciéndolos apetecibles y originales. Sobre todo, si no andas sobrado de tiempo.

Cuando llegas a adulto, y no te queda otra que agenciarte las habichuelas tú solito, entiendes perfectamente aquella contestación de tu madre al ¿qué tenemos para comer hoy?  ¡Comida!

Hay que llegar a un grado elevado de agilidad mental y de perfeccionamiento supremo para abrir la nevera encontrarte una lechuga, un yogurt y una sardina e idear con eso una cena para enmarcar. Pero se puede y se debe porque es muy distinto alimentarse sin más que comer disfrutando. Y también entre alimentarse y comer disfrutando está el nutrirse que dirían endocrinos y nutricionistas.
Bueno pues podemos intentar hacerlo todo a la vez.
Muy lista yo, pero hay que hacerlo, con lo que mola sentarte y que ya esté hecho.

Por eso hoy vamos a hablar de  huevos  y lo sencillo que resulta todo con ellos ;)

Seguro que a más de uno ahora mismo le están apeteciendo unos huevos fritos con sus patatas¡uhmmm, rico!  Por la cantidad de aceite que se necesita no resultan demasiado saludables pero si se comen de vez en cuando es hasta recomendable. Luego también existe el mito del elevado colesterol del huevo que hace que no lo comamos todo lo que nos gustaría. Adjunto enlaces donde se loan todos sus nutrientes y se aclara esto del colesterol y algún que otro malentendido.

Nosotros a lo nuestro, ¡a comérnoslos!
Hay muchas formas de cocinarlos y de encontrarles el puntito. Veréis qué fácil.

www.taringa.net
He sido siempre de mucho tapear, así que, trasladé esta costumbre a mis cenas y en un pis-pas me marco una cena riquísima y saludable con tres cositas o cuatro y, por supuesto, huevo.

Para empezar nuestra tortilla de patata con y sin cebolla. Para mí con cebolla, por favor.

Y después las tortillas francesas, solas o con algo más: quesito, jamón, atún … acompañadas de una ensalada y una especia al gusto. Yo soy fan del orégano.

Pero luego están los revueltos y ahí ya es la locura porque hay tantas opciones como llena o vacía esté vuestra despensa. Todo les va bien o casi todo.
Sofríes unos ajos y, si te gusta que pique, le echas una o dos cayenas y voilà! … revuelto con setas y jamón, revuelto con trigueros y gambas, revuelto con patatas y chorizo, revuelto con ajetes y atún, o las setas con las gambas y el triguero con jamón. Las variaciones al gusto.

El otro día me sorprendieron con huevos en cocotte y en cada cazuelita una combinación diferente: ¡delicioso!    En el cuenco que previamente habremos untado con mantequilla y salpimentado pones cualquier ingrediente: tomate, espárrago, salmón, bacon, lo que más rabia te dé, o tengas a mano, luego echas el huevo y al horno un ratejo al baño maría. ¡Caprice des Dieux!

Huevos cocidos, escalfados, rellenos, pasados por agua, en sándwich, en ensalada, con salmorejo, con queso... ¡qué ricos!

No hay excusa. Quien no saborea y disfruta comiendo es porque no quiere.

Venga, echadle huevos al día.



martes, 14 de mayo de 2013

Ese amor



El nombre de una mujer me delata.
Jorge Luís Borges


Si viviera mi abuela sé exactamente lo que diría justo hoy que me dispongo a meterme en camisa de once varas escribiendo este post: “ya tenemos aquí a la abogada de causas pobres”, una frase que me repitió mucho en mi infancia porque yo era muy dada a meterme por medio de discusiones que ni me iban, ni me venían y defendiendo siempre lo imposible.
¡¡¡Ahí vamos!!!
Estos días, a raíz de la pretensión de Di Stefano de casarse con su secretaria 50 años más joven que él, he mantenido distintas conversaciones con mis amigos, alguna coleaba de tiempo atrás, acerca de las relaciones que pueden establecerse entre un hombre y una mujer, bueno, entre dos personas (no quiero defraudar a mis amigos y amigas de cualquier orientación sexual) y hasta qué punto pueden llegar a ser sinceras o no, sin mediar intereses por medio, sobre todo, cuando la diferencia de edad es notable. No entraré a opinar del caso de Di Stefano porque lo desconozco y no me siento con derecho a ello. Mi argumentación irá por otra vía.
Por lo general, la opinión que triunfa ante estos casos en los que la diferencia de edad es grande es que no hay amor. Todos dan por bien probado que siempre se mueven por interés. Nadie se para a analizar las peculiaridades de cada relación para después opinar. Y si la que es mucho mayor es la mujer menos aún.  En este aspecto, en pleno siglo XXI, aún resulta un tema tabú y motivo de rechazo incluso para las mentes más progresistas.
Sería ingenuo pretender que no se dan casos en los que el poder, la fama o el dinero actúan como un poderoso imán y que hacen extraños compañeros de cama. Haberlos, haylos, claro que sí, pero me cuesta entender porque nadie concede el beneficio de la duda y, a priori, rechaza este tipo de situaciones. El doctor norteamericano Waye Dyer creo que acierta cuando nos dice que  “tu nivel más alto de ignorancia es cuando rechazas algo de lo cual no sabes nada”.
Pero para gustos los colores y lo que ocurre entre dos personas solo ellas lo saben. El  koi no yokan japonés, ese primer chispazo, sigue y seguirá siendo un misterio mientras la raza humana exista.
A los más escépticos se lo digo, el   Amor  existe, creedme, y se da hasta en las condiciones más adversas.
Os podría hablar de gente muy cercana que vive o vivió (ya murieron) plenamente su relación habiéndolo tenido todo en contra desde el principio, o tal vez por eso. Pero al ser anónimos nos os dirían nada. Si os hablo de Clint Eastwood que se lleva 35 años con su mujer,  o de Hugh Jackman 13 años más joven que ella, ya sería otra cosa. Pero hoy yo quiero hablaros de dos historias que siempre me han emocionado y que siempre he envidiado.
Empezaré con María Kodama, viuda de Jorge Luís Borges, que aún hoy, casi treinta años después de su muerte, tiene que seguir defendiéndose de los ataques de la gente, de la maledicencia y de la envidia  que su relación con el escritor levantó y levanta, llegando incluso a los tribunales y ganando siempre.
El primer encuentro de María Kodama con Borges se dio cuando un amigo de su padre la llevó a una conferencia del escritor con tan solo 12 años. Más tarde, con 16 comenzó a ser su alumna sin sospechar que se convertiría en su compañera ya para el resto de su vida.
“Borges fue mi elección”  dice María, pero es que también fue la de él,
"Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines del Oriente y del Occidente, cuánto Virgilio".


Voy a dejar que hable ella que creo que lo contará mejor  :

"… el matiz está dado no por lo que se hace, sino por la forma en que se hace, en la intensidad que se le pone a las cosas. Creo que eso es lo que hace la diferencia entre vivir con Borges o con cualquier otro señor. Simplemente porque el matiz, la sensibilidad, las palabras que se eligen para decir las cosas son totalmente distintas aunque la cotidianeidad sea la misma."
"Fue el gran amor de mi vida. Por un lado extraño todo lo que compartíamos juntos y lo que nos divertíamos. Y todo el afecto, la ternura, el cariño y el amor... Pero por otro lado, es como "el milagro secreto" (yo lo llamo así), porque a lo largo y a lo ancho del mundo, toda la gente que nos conoció juntos lo recuerda, y me lo recuerda, con enorme cariño"


La segunda historia viene de la mano de  Yann Andréa Steiner, autor de Ese amor, donde nos cuenta su relación con Marguerite Duras, 38 años mayor que él, y con la que vivió una hermosísima historia de amor que dio comienzo el día que, siendo él un estudiante, se atrevió a solicitar permiso para poder escribirle y eso estuvo haciendo durante cinco años sin recibir respuesta hasta que ella un día dijo “Venga a verme”.


“… y después hubo la puerta que se cerraba detrás de ti y de mi. Detrás del cuerpo nuevo, alto y delgado. Y después hubo la voz. Aquella voz de increíble dulzura. Distante. Real. Era la voz de tu carta, la voz de mi vida”


Se inició entonces una tormentosa relación, que duró hasta la muerte de ella, en la que no faltó detalle: pasión, celos, desgarro, risas, trabajo, largos paseos y alcohol.

Poco se supo de él, mientras ella vivió permaneció siempre en el anonimato. 

Maguerite Duras le dio el nombre de Yann Andréa Steiner (en realidad se llama Yann Lemée) e incluso hizo de él un personaje de sus novelas y sus películas. Fue su secretario, su chófer, su enfermero, su amante. La dedicación a ella fue tan absoluta que a su muerte paso por un período tremendo en el que estuvo en juego también su propia vida.

Desde la publicación de Ese amor en el 2000 no se ha vuelto a tener noticias de él.

Son solo dos ejemplos pero das una patada y te salen numerosos casos a lo largo de la Historia y también en nuestros días ¿por qué entonces nos choca tanto?
Pienso que tendemos a rechazar aquello que se escapa a nuestras convenciones, a nuestro entendimiento y que nos cuestiona muchas cosas. Sin ir más lejos, nos cuestiona nuestros planteamientos estéticos: lo joven es atractivo, lo viejo no. Cuando alguien se sale de este planteamiento y se atreve a hacerle un quiebro a esta convención se convierte en sospechoso.

Y esto pasa en un Madrid y en un siglo XXI al que esperábamos, en todos los sentidos,  más avanzado de lo que nos ha salido.






viernes, 10 de mayo de 2013

Dos años en tres días



La vida es muy peligrosa.
No por las personas que hacen el mal,
Sino por las que se sientan a ver lo que pasa.
 Albert Einstein



Este domingo volveremos a salir a las calles a tres días del segundo aniversario de aquella Spanish Revolution  y su  15M que nos puso en boca de todos.  

Paul Klee, Angelus Novus, 1920*

¿Desde entonces qué ha sido de nosotros?
¿Qué ha pasado?

Pues que nos habíamos quedado cortos en nuestras previsiones y que la voracidad del Sistema es aún más grande de lo que nos temíamos, que arremete contra todo lo que se interponga a sus propósitos inclusive la vida de las personas, simples números para ellos.

Hemos aprendido que nos han estado robando mucho y durante mucho tiempo haciéndonos creer que todos nuestros impuestos caían en buenas manos y tendrían una buena gestión. Ahora sabemos que hemos subvencionado mucho palacete, mucha vacación de lujo y vidas a todo tren.

Que la corrupción alcanza a todas las Instituciones del Estado a la sombra de unos partidos cuyos engranajes han propiciado el engaño, el amiguismo y el enriquecimiento ilícito a costa de los contribuyentes.

Que existía un producto bancario que llamaban “preferentes” que se vendió sin escrúpulos a quien menos podía defenderse, que hay que tener las espaldas muy anchas para hacer algo así a sabiendas de que era pura basura. Y aún así, hemos visto como se inyectaba cantidades indecentes de  dinero a los bancos para salvarles de sus propios desmanes, al tiempo que se nos convencía de que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades y que gran culpa de lo que pasaba era nuestra.

Que nuestro sistema de Sanidad público en pie gracias al dinero de todos y que nos ha llevado años construir, ejemplo y motivo de envidia fuera de nuestro país, tampoco se libra de estar dentro de sus objetivos, también está en venta. Ya hemos dicho que la vida humana no es detalle a tener en cuenta en todo este proceso.

Que son tan cutres en sus maneras y en sus estrategias que descaradamente para perpetuar este orden de cosas focalizan todas sus energías en desestabilizar aún más el sistema público de Educación en España (algo ya hemos dicho aquí al respecto) como si no estuviéramos observándoles, como si fuéramos tontos y fuéramos a aceptar sin más sus planes (¡Ay, esta LOMCE!).

Pero siendo todo esto muy, muy, terrible es en la  apatía y resignación de la gente donde está el mayor enemigo si queremos cambiar las reglas del juego y nuestras condiciones de vida, al fin y al cabo está en juego el destino de todos y, si acaso esto no importara demasiado, también está en juego el destino de nuestros hijos. Ellos lo saben y abonan esta dejadez, este sentimiento de fatalidad, el miedo, el sentimiento de que nada se puede hacer, que estas son las reglas, para de este modo evitar obstáculos en su camino.

Queda mucho camino por delante para poder darle la vuelta a esta Democracia maltrecha y engañosa. Y lo primero es que de una vez por todas nos concienciemos de que la construimos entre todos y que todos tenemos una labor concreta en su mecanismo. Dejar en manos de advenedizos nuestro futuro nos ha llevado al punto en el que nos encontramos: completamente vendidos.




Vamos para dos años del nacimiento del  Movimiento 15M  y quiero ceder la voz a una de sus portavoces que decía así el pasado martes: "el movimiento está aquí para recordar que las políticas públicas están para servir a la ciudadanía, no a las élites financieras", por lo que, dos años después de que estallase esta ola de descontento social, es necesario "seguir luchando" y reivindicando que la democracia "no debe reducirse a la lógica representativa".

Los mimbres ya los vamos teniendo y poco a poco, los ciudadanos más concienzados van dando batalla y agrupándose en pequeñas plataformas que vienen a unirse al gran sentir general y a estas ganas de cambiar. Pero en esto debemos estar todos. Será la tela de araña en la que consigamos aislar al enemigo y orientemos nuestros pasos hacia una Sociedad más justa

Hace unos días me hablabais de la necesidad de un Pacto de Estado que deje a un lado la eterna batalla entre partidos y se centre en solucionar los problemas con voluntad firme. Creo que ese pacto sólo se propiciará con la presión ciudadana pues pretender que ellos de motu propio abandonen el proceder que han llevado durante décadas es una utopía, mientras puedan seguirán perpetuándolo, a ellos les va bien así, les es cómodo. En nuestras manos está darles el toquecito que les ponga en su sitio que no es otro que el servicio público.

“¡INDIGNAOS! Luchad, para salvar los logros democráticos basados en valores éticos, de justicia y libertad prometidos tras la dolorosa lección de la segunda guerra mundial. Para distinguir entre opinión pública y opinión mediática, para no sucumbir al engaño propagandístico. “Los medios de comunicación están en manos de la gente pudiente”, señala Hessel. Y yo añado: ¿quién es la gente pudiente? Los que se han apoderado de lo que es de todos. Y como es de todos, es nuestro derecho y nuestro deber recuperarlo al servicio de nuestra libertad.”
Prólogo de José Luís Sampedro al libro “¡Indignaos!” de Stéphane Hessel


Supongo que ni estoy siendo original, ni soy la primera si recurro ahora a Lope de Vega con su Fuenteovejuna  para compararla con la situación que en estos días estamos viviendo. Cuando veo acciones como los famosos escraches que lleva acabo la PAH ganas me dan de gritar “¡Fuenteovejuna, Señor!” pues me siento parte de todas y cada una de esas acciones.

En Fuenteovejuna fue el honor ultrajado de una sola persona la gota que colmó el vaso e hizo levantar a todo un pueblo. Aquí los ultrajados somos todos.

¿No te indignas?


* Cuadro que abre el libro de Stéphane Hessel, "¡Indignaos!" con el comentario que Walter Benjamin, primer propietario de la obra, hizo del mismo donde veía a ángel ahuyentando "esta tempestad que llamamos progreso".

martes, 7 de mayo de 2013

¿Qué me pasa?


Está en el sentido de la obra de arte, en la apariencia estética, 
ser aquello en lo que se convirtió, en la magia del primitivo, 
el acontecimiento nuevo, terrible: la aparición del todo en lo particular. 
Theodor Adorno



Me estoy temiendo que de nuevo voy a parecer, en el mejor de los casos, “pelín”  friki pero hoy me apetece hablaros de Estética. Bueno, más bien, de la  Experiencia Estética, de ese momento de epifanía de los sentidos ante cualquier clase de expresión artística (puede que también de otro tipo) que te deja noqueado por un par de horas o por un puñado de días, dependiendo de lo impresionable de cada uno.

Escarbando un poco podemos encontrar múltiples respuestas a la pregunta de qué cosa es eso de la Estética y su vivencia. Creo no errar si digo que el denominador común en todas las conclusiones es lo personal e intransferible de dicha experiencia.
Sin entrar en todos los planteamientos filosóficos y el estrecho vínculo existente entre Ética y Estética que a lo largo de la Historia se han dado (ya desde Platón) todos interesantes y muy recomendables, lo que aquí pretendo es traer al día a día de nosotros, los paseantes, a los que se supone al margen de ciertas experiencias y de ciertos círculos un poco engolados, unas pequeñas pinceladas de cómo estas vivencias no son ajenas a nadie y que todos en cierta medida experimentamos alguna vez esa turbación en esta sociedad sobresaturada de estímulos. Quiero hablaros de experimentar esa especie de Síndrome de Stendhal pero en modo “andar por casa”, del que nadie se entera, porque la mayoría de las veces se queda ahí, dentro, sin compartir y con un no sé qué que qué sé yo. Eso sí, sin mareos, que al parecer Stendhal tuvo una manifestación del goce estético algo febril.

Las veces que a mí me ha pasado algo similar ha sido un impacto difícil de explicar, oscilando ese sobrecogimiento entre la pena y la alegría de no saber muy bien qué se siente y sobrepasada en cierta manera por la experiencia. 




Una de las últimas veces que me pasó algo así fue viendo la película de Wong Kar-wai “In the mood for love”. Era la época en la que acostumbraba a meterme en el cine en la primera sesión, esa hora a la que no va casi nadie, tienes toda una pantalla enorme solo para ti y toda una sala para llorar o reír a tu gusto.  Para según qué cosas me vuelvo muy avariciosa (:
Con esta película no pude elegir un momento mejor, lo recuerdo muy bien, y también cómo, nada más apagarse las luces, el ambiente del film y toda la belleza que ante mí se desgranaba me fue capturando de tal manera que permanecí prácticamente hipnotizada durante dos horas. Aún no salgo de mi asombro y han pasado ya unos cuantos años.
En “In the mood for love” todo es de una maestría increíble. 
Lo que el ser humano puede hacer a veces transcendiendo toda su naturaleza y sus límites puede llegar a ser muy revelador.
En este caso la composición que hace Wong Kar-wai comenzando con sus dos personajes y las múltiples relaciones que se dan entre ellos y luego todo lo que orbita a su alrededor, música, iluminación, escenarios, comida, el vestuario de ella, la expresión corporal, la sutileza con la que se nos va contando todo, ese final, todo está tan bien pensando que el resultado es un puzzle perfecto. No puedo dejar de asombrarme ante la mente que lo ha ideado y maravillarme ante el resultado. Han pasado muchos años desde su estreno y aún conservo la sensación privilegiada de haber asistido a algo especial.

Pero la primera vez que me ocurrió algo semejante también fue buena.
Seguro que muchos os sentiréis identificados. 
Era verano, muchísimo calor, yo en la terraza de mi casa, a la sombra y escribiendo, de pronto en la radio anunciaron “Semilla negra” de Radio Futura. Me quedé paralizada escuchando, tremendamente sorprendida ante el hallazgo. Me pareció tan distinto a lo que yo venía escuchando hasta entonces (entendedlo, tan joven y con el póster de Miguel Bosé en la pared ;) que no paré hasta conseguir ese disco. Ese vinilo es uno de mis tesoros más queridos. Aún hoy me parece brillante su versión original porque las sucesivas creo que no la mejoran, más bien al contrario. 




Entre medias estaría Velázquez y sus Meninas pero creo que eso es capítulo aparte y se merece un post enterito solo para él, así que, ahí lo dejo…

Como ya he dicho, no todo el mundo responde de igual manera ante los mismos estímulos, puede que sea por el entorno (también hay teorías al respecto) pero yo creo que es más cuestión de carácter. Todos sabemos de personas que venían de la miseria más absoluta y que consiguieron trascender su realidad aportando gran valor a su vida y de rebote a las nuestras.

¿Y tú?
¿Has tenido alguna vez una Experiencia Estética de la que no te has olvidado y te acompaña en tus recuerdos?