Cabecera

"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo
que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Woolf

domingo, 13 de diciembre de 2015

...y de repente el Aleph


….Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, ……….vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.” El Aleph, Jorge Luis Borges


Que la realidad supera a la ficción, le da cien vueltas y la deja corta, eso lo puedo afirmar y demostrar cuando queráis. Llega el momento de rendir cuentas en esta bitácora (que tengo tan abandonada y que echo tantísimo de menos) de este año que se presumía peligroso y difícil. Lo ha sido, lo es.

Digamos que me dispuse a sacar adelante un negocio de barrio y de repente me encontré con el Aleph, un universo que se desbordaba en mis manos, repleto de vivencias inimaginables, personas que han roto la horma, situaciones mágicas difíciles de explicar, tormentas, revelaciones, secretos, amor.

Y en todo este tiempo él, a mi lado, siempre, en cualquier situación. Por la mañana al despertar se levantaba conmigo, desayunaba conmigo, salía a la calle conmigo, subía al autobús conmigo, entregaba papeles conmigo, firmaba acuerdos conmigo…  Lo he visto también acompañando a amigos, en los ojos de quiénes me rodean, en el paso atrás, en la traición, en la huida. Pero no le quise ignorar y he hecho del miedo mi aliado para impulsarme a dar un paso, y otro y otro y otro, en vez de paralizarme me ha vuelto audaz. Mientras escribo esto escucho la voz de Alicia (DPD) llena de proyectos ella también, diciendo  “no hay que tener miedo” aún a sabiendas de que el miedo no se tiene, está. Así que no quedó más remedio que negociar con él, me estoy volviendo una experta en eso.

Para compensar ahí presentes, vosotros, los que leéis esto, los que sé que lo haréis porque estáis, porque os tengo y me tenéis y me dais toda esta fuerza para que continúe adelante, con los que tabico ese miedo y me pongo a resguardo.

Nadie podía aventurar todo lo que emprender este camino supondría y todo el trabajo que habría, hay y habrá detrás. Una aventura que me dio a conocer uno a uno grandes proyectos que se desarrollan en moda sostenible y a los que cada vez se van sumando más fuerzas y que ha desembocado en una asociación (MSMAD) con una labor importantísima: trabajar por una industria textil sostenible y ética. Esto me ha puesto en un camino inesperado, apasionante y lleno de retos.


Y luego los libros, las palabras, la Literatura en la que me apoyo y me alimento para seguir creciendo y que ahora no tengo tiempo para dedicarle y así tengo mi vida intelectual (a no ser por los pocos artículos que araño en el móvil) de capa caída. Pero siempre he pensado que si existe Dios tiene mucho sentido del humor, de ese que te da un poquito por saco y se mueve en la ironía como él mismo y por eso algún karma extraño ha decidido que si yo no voy a la montaña, la montaña viene y de repente me he visto rodeada de libros: pared con pared Libros.com, ayudándome con mi desfile Librería 8 ½ ¡gracias María!, recuperando amistades universitarias como Elena que se ha convertido en una magnífica escritora y, por último, Pilar, editora en Impedimenta y autora de libros magníficos, ella llegó nada más abrir The Circular Project Shop y ya la considero una amiga para toda la vida, fascinante toda ella.

Hoy acompañan este post sus libros, que tengo a medio terminar y poco os puedo contar salvo que están escritos magistralmente: Voces Sabias de Elena García es un compendio de sabiduría en el que tenéis que sumergiros. Las Efímeras de Pilar Adón es su última novela y casualmente también aborda el tema del miedo.

Corona este año un estupendo desfile: Let it Slow! para el que se han movilizado más de cincuenta personas a las que les debo el que esto haya sido posible y en el que todos han dejado un trocito de su corazón. No hay palabras para agradecerlo. O sí, se intentará en breve en el nacimiento de la web The Circular Project.




En este tiempo mucho me han preguntado si recomendaría emprender a los demás. No lo hagáis, corréis el riesgo de que esta decisión os robe el corazón y ya no haya vuelta atrás. Yo también le dí al interruptor de la luz y encendí el Sol.

Algo nos está pasando, desde que la gente está empeñada en quererse amar y poder vivir. 



domingo, 18 de enero de 2015

El año que viviré peligrosamente



El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma. 

Aldous Huxley







Menudo parón bloguero que me he marcado. He dejado este espacio colgado de mis últimas palabras hablando sobre estupidez y otros desmanes humanos, pero mis motivos he tenido y os los voy a contar:

Le he plantado cara al miedo, al propio y al ajeno, al de la familia y al de los amigos, al aprendido y al heredado. Pero sobre todo le planto cara al miedo que me querían imponer socialmente. Me lo voy a jugar todo a una carta: yo misma. Así que queridos lectores, detractores, fans, seguidores, compañeros, amigos, bienvenidos al año que viviré peligrosamente.

Me siento igual que Marisa Monte en esta canción con la que he comenzado hoy, me siento libre como nunca antes lo he sido. Por primera vez en todos estos años siento que estoy construyendo la vida que siempre quise y en la que de repente todas las piezas encajan. A pesar del riesgo y las deudas, a pesar del posible fracaso, a pesar de las renuncias, por primera vez estoy donde quiero estar.

Y por qué os cuento esta experiencia tan personal y privada. 
Principalmente porque me estoy cruzando en este proceso con mucha gente que se encuentra justo en ese punto: entre su zona de confort y ese salto a la otra orilla donde se encuentra lo que busca, y sé de esa zozobra y ese solivianto, sé de las dudas y de la pena que causa sentirse congelado en ese impasse, sé de la soledad.

Hay quién dice que es un salto al vacío, yo no lo creo. El vacío es la nada pero cuando te planteas algo así al otro lado seguramente estés viendo un panorama más motivador y vital que en el que te desenvuelves a diario.
Yo no aconsejaré nunca a nadie que salte, menuda responsabilidad. Solo digo que solo hay una vida y el tiempo es implacable ¡qué sinvivir! Habrá que vivirla para que en nuestro último día podamos coger una copa y decir ¡Ole!


Pero bueno todo este revuelo viene porque me he inventado  The Circular Project Shop  un espacio donde he reunido a otros aventureros idealistas que con sus marcas de moda ética y sostenible aúnan su proyecto personal con un compromiso social, ético y ecológico muy fuerte. 

Ponerlo en marcha está siendo enriquecedor y más fácil de lo que me pudo parecer a priori. Será porque hay un ángel en todo esto, estoy convencida, o será porque durante 60 años fue la mercería del señor Domingo y nos ha pasado el testigo de un recuerdo en el barrio inmejorable. Ese karma se ha dejado notar desde el primer día. Me siento en deuda con él.

The Circular Project Shop  es otra alternativa de consumo que llega a Madrid después de que al cabo de un año de sacar  El Sinvivir  me diera cuenta de que aún no existía aquí algo parecido. Un espacio donde la información que recibe el consumidor del producto que se lleva a casa abarca todos los aspectos, desde la fabricación y procedencia de la materia prima orgánica libre de emisiones contaminantes, hasta quién ha sido quien lo ha hecho y en qué condiciones. No me digáis que no es para emocionarse y empeñarse de por vida y sacarlo adelante. Yo sí lo creo y pensando a ver dentro de un año dónde me encontráis aquí estoy plantándole cara al miedo.

Una apuesta personal importante. 
Un gran salto. Una alegría. 


Pero como leí hace unos días en El cajón de Gatsby voy a hacer que merezca la pena porque no sé vivir de otra manera.

Continuaremos informando.