“Como
si un hombre, sin saberlo desde luego, al darle la vuelta
al conmutador de su
cuarto inaugurara una cascada en Ontario”
José Lezama Lima
Esto de ponerse a juntar palabras, intentar
decir algo coherente y encima publicarlo tiene sus consecuencias. Me lo temía.
Una de ellas es que siempre hay quien quiere más y ya me piden un libro, con
sus capítulos, su tapa dura, su argumento, sus personajes, su todo. Tal vez
porque no saben que esto de escribir es un ejercicio duro, doloroso, bastante
ingrato y efímero. Lo decía Bolaño y yo le creo.
Pero si existiera la posibilidad remota de que
yo me convirtiera en una escritora querría ser la mejor, claro, y eso, amigos,
lleva su tiempo y su cabeza, dos cosas de las que adolezco en este momento.
Diréis entonces que qué estoy haciendo aquí en este blog. Pues es verdad, qué
hago. Jugar, aprender, comunicarme, dar salida a esta necesidad que desde bien
pequeña tuve de contar cosas sobre un papel y de paso daros, siempre desde mi
experiencia personal y sin buscar el análisis al detalle, unas pinceladas sobre
el mundo que nos rodea y su reflejo en obras que a mí me han impactado por
algo. Y si os pica la curiosidad ya tenemos algo de lo que hablar.
Creo que así me sitúo en el buen camino pero no
es suficiente. En esto de la Literatura me pasa como con el vino me gusta lo
mejor.
Si yo escribiera quisiera tener la erudición y
la desbordante capacidad de juntar palabras de Lezama Lima en Paradiso.
Ese
libro que me leí y releí a ratos, a trozos, intentando llegar a su centro
mismo, pero me ahogaba en su densidad cuajada de metáforas, de miles de
palabras casi misteriosas, simbólicas, y construido con unas reglas propias que
te llevan a entrar en comunión con el libro si quieres participar de esa orgía
de palabras a ratos asfixiante, a ratos hipnótica, que atrae y repele en la
misma medida. Una genialidad que requiere estar a la altura y haber comulgado
antes con mucha literatura y mucha poesía.
El propio autor, tal vez consciente
de su complicación aconsejaba
“sumergirse en él con absoluta inocencia poética”
Era un reto que yo no podía dejar pasar, me deje llevar y sin demasiadas
preguntas me envolví en sus páginas. Si saqué algo en claro no lo sé, tal vez este post sea la respuesta. Fue
como un viaje en la montaña rusa: sales aturdido, feliz y colocado.
Le tengo cariño a Lezama Lima, fue amigo de
Eliseo Diego, padre de Lichi, y amiguísimo de Zambrano con la que mantuvo una
dilatada correspondencia, durante los 40 años que duró su amistad, en la que
compartieron inquietudes filosóficas y un afecto sincero que resistió el paso
del tiempo. Me gusta ese tacto exquisito que demuestra por las palabras y el uso
y abuso que hace de ellas. En la Wikipedia lo expresan muy bien
El estructuró un sistema poético del mundo sin importarle la dificultad que su lectura entrañaba para todos los lectores: quiso explicar el conocimiento del mundo desde la otra orilla, de lo desconocido, de lo otro y en ese recorrido lograr el desvelamiento de un nuevo ser nacido de la oscuridad: la poesía.
Julio Cortázar puede que mejor que nadie captó
el mensaje de Lezama Lima y nos da alguna clave para acercarnos a él en Para llegar a Lezama Lima.
Y ya que se asoma a esta entrada y ya puestos decir también que quisiera
tener la capacidad, la imaginación y la técnica para crear un puzzle como Cortázar
hizo en Rayuela y entregárselo al lector para que lo maneje a su gusto. No creéis
que haber hecho eso no es de una maestría increíble que deja sin aliento y de
rodillas ante el logro. Yo así lo creo y como yo tantísimos buenos lectores.
Cómo igualarlo.
No hay un arma como la palabra para llegar
hasta el otro, para conmoverlo, para amarlo, para herirlo.
En esta época que vivimos en la que
vemos tanto paleto suelto (con solo remontarnos a la semana pasada ya
encontramos un ejemplo) es verdad que dan ganas de gritar: ¡un palo, un palo! pero
quizá sea más efectivo espetar: ¡un libro, un libro! porque como nos recuerda Facebook
a menudo:
“Leer es como besar, quien no lo hace con frecuencia se le nota en la lengua”
Y para mis confiados amigos que me piden un
libro parido de mis entrañas solo darles las gracias por esa fe en mis
posibilidades pero creo que eso, si llega, tardará en llegar.
De momento como ofrenda a esta confianza les doy
una canción de otro grande y así espero dejarles contentos y satisfechos por
unos días ;)