Cabecera

"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo
que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Woolf

miércoles, 26 de marzo de 2014

El día padre

Tener hijos no le convierte a uno en padre, 
del mismo modo que tener un piano no le vuelve pianista. 

Michael Levine




Este invierno pasado una tarde nos acompañó al parque a Diego y a mí una amiga mía y por allí estuvimos disfrutando de un gustoso solecito y de las correrías del infante entre otros muchos infantes
Lo que más sorprendía a mi amiga (bastante más joven que yo) era la cantidad de padres que esa tarde estaban al cuidado de sus niños y de la atención que les prestaban. Había desde chicos muy jóvenes a los que la paternidad les habría sorprendido entre botellón y botellón hasta treinteañeros y cuarenteañeros ya peinando canas. Me di cuenta de que esa sorpresa no era más que una reacción a lo que fue su propia infancia sin la figura de un padre, algo que curiosamente nos unía a las dos porque yo también crecí sin la figura paterna.

En mi caso nunca eché de menos la presencia de un padre, ni tampoco lo envidiaba dado que los ejemplos más cercanos que tenía de padres no eran demasiado envidiables y las pocas veces que vi al mío por casa fueron bastante desconcertantes.

Pero esta generación de ahora si que me da muchísima envidia y más de una vez me he sorprendido deseando haber vivido esta época y esta educación que tienen ahora la gran mayoría de ellos. Crecí en una época realmente machista, llena de clichés y donde se etiquetaba mucho a la gente, sobre todo a las mujeres, y en la que el hombre dejaba su sello la mayoría de las veces de forma bastante negativa, tenía que dejar claro su posición dominante y mantenía las distancias en temas como la educación de los hijos. Una época en la que la educación imperante alimentaba bien la separación de roles y la posición de la mujer se supeditada al hombre. Claro que con mi madre habían topado.

Hoy me alegro infinito de ver a diario cómo esto está cambiando en los nuevos padres con los que me encuentro. Van dejando atrás tanto estigma de machito, abandonando una educación retrógrada y tomando posiciones en el cuidado de sus vástagos. Hoy ya los puedes ver ocupándose de toda la crianza sin problema y relacionándose de igual a igual con la madre.

Bueno, buenoooo … me dicen por aquí que tampoco hay que lanzar las campanas al vuelo que no todo el campo es orégano y que tampoco hay que pasarse que sí pero no que queda aún mucho camino… Vale, pero estos padres están a años luz de los que yo conocí y de la casi “no” experiencia propia.


Hace una semana celebramos el Día del padre (los que tuvieran que celebrarlo) y me resulta curioso que esta celebración coincida con el 59 aniversario de la publicación de uno de los mejores libros jamás escrito: 

Pedro Páramo   de  Juan Rulfo  en el  que también se aborda la figura de un padre ausente y terrible. Lo mismo esta fecha se eligió con toda la intención. Tendré que investigar. 

Esta novela sitúo a su autor y a la literatura mexicana como referente cumbre de la literatura en castellano.

Pedro Páramo es una novela no muy extensa que sorprende desde su comienzo y ya te puedes ir riendo tú de la famosa frase de “en ocasiones veo muertos” que popularizo la película del Willis “El sexto sentido” y que tanto juego ha dado. Incluso hasta llegó a parecer novedosa cuando Rulfo ya les había sacado ventaja muchísimos años antes en esta novela ambigua con toques góticos que obliga al lector a ir recopilando todas sus claves interpretativas para construir su trama y cuyos personajes, mucho tiempo después de terminar su lectura, aún me interpelan.

Se inicia la novela con la llegada a Comala de Juan Preciado en busca de su padre Pedro Páramo :

“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera”


A partir de este momento nos adentramos en una historia donde lo real y lo irreal caminan de la mano y estará en nuestras manos emplear todos nuestros sentidos para ir separan planos o irlos enlazando, nunca se sabe. Escrita en el presente resultará una historia del pasado con presente inmediatez.


Nunca subestiméis la capacidad de un niño para entender y analizar lo que sucede a su alrededor. Os lo digo yo que algún día fui niña.



domingo, 16 de marzo de 2014

Lo de más

Intentando atrapar las palabras que digan lo de más. 
Silvio Rodríguez



Lo de menos son todos los secretos
que intuyo, huelo, toco
y siempre te respeto.
Lo de menos es que jamás me sobres,
que tu amor me enriquezca
haciéndome más pobre.
Lo de menos es que tus sentimientos
no marchen en horario
con mi renacimiento.
Lo de menos es larga soledad,
lo de menos es cuánto corazón.

Lo que menos importa es mi razón,
lo de menos incluso es tu jamás,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de más.


Amoroso, de forma que no mancha,
en verso y melodía
recurro a la revancha.
Mi despecho te besará la vida
allá donde más sola
o donde más querida.
Donde quiera que saltes o que gires
habrá un segundo mío
para que no suspires.
Es la prenda de larga soledad,
es la prenda de cuánto corazón.

Lo que menos importa es mi razón,
lo de menos incluso es tu jamás,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de más.

Pajarillo, delfín de mis dos rosas,
espántame los golpes
y no la mariposa.
Ejercita tu danza en mi cintura
aroma incomparable,
oh, pan de mi locura.
Con tu cuerpo vestido de mis manos
haré una nueva infancia,
al borde del océano.
Desde el mar te lo cuento en soledad,
desde el mar te lo lanza un corazón.

Lo que menos importa es mi razón,
lo de menos incluso es tu jamás,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de más.


Y después de un año de blog ¿qué?

Pues tomaré prestadas las palabras de   Silvio Rodríguez,   un maestro en esto de escribir que sabe cuando se llega al umbral del silencio, de la soledad, y cuando las palabras se escapan o se vuelven inútiles.




Maravillosa canción esta, dylaniana diría yo, que captura con apenas unos trazos la magia de la escritura, del amor, del misterio y también de toda esa impotencia que se siente cuando lo expresado no acaba de encajar con lo sentido, cuando lo visible es la punta del iceberg y cuando la respuesta no es la esperada. Perfecta composición que da cuenta de su maestría y lucidez.

Así es, tras este tiempo, me percato de todo lo que me queda por escribir y por dar forma, de todo lo que me queda por contar sin saber muy bien si debo o si sabré. Me sitúo de este modo en las lindes de la página en blanco y pidiéndole al pajarillo que me espante los golpes pero no las mariposas. Qué locura.



Y esto me ha hecho acordarme de uno de los pocos ensayos que me he leído en mi vida con fruición y totalmente cautivada

El laberinto de la soledad de   Octavio Paz,  un estudio donde se disecciona al mexicano, su historia y su personalidad y que, como todo lo local, al final termina siendo universal. Un libro que no solo resulta atractivo por el fino análisis con el que se trata el tema sino por el deleite que supone leer a su autor.


En su Apéndice final bajo el título La Dialéctica de la soledad cuestiona las barreras que nos imponemos a nosotros mismos o que simplemente nos son dadas y como nuestra capacidad de elección, nuestra libertad, espera ahogada en un mar de convenciones sociales que nos aíslan y empobrecen. Ahí, detrás, agazapadas, estarían las palabras que dirán lo de más… y en esas estamos.


domingo, 2 de marzo de 2014

Y se movió

El agradecimiento es la memoria del corazón. 
Lao-Tsé  




¿Os acordáis de esto?







Pues ya hace un año de este comienzo, de este blog y de esta petición mía para que me movierais el temita.

Y vaya si lo movisteis, y tanto que hasta llegó a temblar la tierra aquí en los madriles.






Vaya, me he equivocado. 

La prueba es esta (:





Estoy convencida de que algo tuvisteis que ver en todo ello.

Me lancé a escribir y a alimentar este blog, unas veces mejor, otras peor y me aferré a la frase de Luther King que venía a decir algo así como que tú comienza a andar que el camino irá apareciendo aunque no lo veas.

Ahora os puedo asegurar que así ha sido, que a medida que he ido avanzando cada nuevo paso me ha llevado al siguiente, cada persona nueva que se me ha cruzado me ha conectado con otra y con otra más que me iban ofreciendo su mano, sus conocimientos y su amistad con una generosidad que me devolvían la confianza perdida en mí y en los demás al quedarme en el paro.

Por eso este año que cumplo ahora como bloguera e incipiente empresaria quiero celebrarlo de la mejor forma que sé.

Así quiero agradecer a  Ana su enorme fe en mí, más allá de toda duda y más allá de lo humanamente posible. Cuánta suerte tengo de contar contigo incondicionalmente.

A mi  hermana  por animar, por sobrinear, por compartir. Y a mi  sixter  por apoyar y colaborar sin más, porque sí. A  Hubert,  of course, por su entusiasmo por mis ideas y su respaldo.

A mi  Smithy,  siempre cerca entre macetas y sonrisas, por ese yin, por ese yang, tan necesarios. Y a ese comentarista de lujo que a veces diera la sensación de que está a sueldo, gracias Manchego por tu calor, por tu cariño. 

A  Ramón  por todo lo que me ha enseñado siempre y que me sirve ahora de colchón.

A las locas que se lanzaron en plancha y en un sinvivir a darle cuerda a esto. Auténticas fuerzas de la Naturaleza:  Nuria, Didi, Amalia, Gema.

A  Javi que encontró otro camino pero nos dejó buenos señuelos. A  Prieto con su discreción, siempre pendiente de no fallar. Y a  Pecus mandando sus comentarios y sugerencias siempre certeros desde Australia.

A  Marijo  por tantos años codo con codo y esa fe enorme en mí. Menudas txavalotas estamos hechas. Echo de menos celebrar a San Marcial, ya te lo digo ¿o por quién nos comíamos la chistorra?

A  Nieves, recuperada ya para siempre desde el fondo de la memoria, amiga y cómplice. Gracias por esa luz. Esa misma luz que desprende Bego y que tengo la suerte de disfrutar.

A  Nena por sus ánimos, su confianza, su experiencia y consejos. Eres bella.
A  Chus por su control semanal del estado de la situación (que no de la nación), por su empuje y sentido común. Grande. 
Y a  Mabel  que sabe sacarle el humor hasta el momento más difícil ¡Ole por ti!

Mi gratitud en italiano a  Amelia, Scipona, mi pintora de cámara, mi confidente, mi inspiración, siempre nos dejamos a deber un vino ¡ay! Y  Cinzia,  vitalista, sensible, inquieta, estoy convencida de que estamos unidas por una gran fuerza.

Todos habéis sido mi trampolín hacia nuevas amistades que han ido  apareciendo durante este año. Dímpel, con su inteligencia y lucidez. Pedro y Mariví poniendo a mi disposición todo el  bagaje de tantos años al servicio del trabajador de espíritu libre ;) Víctor, entusiasta y curioso que me puso en el camino de Slow Fashion y de dos personas maravillosas y convencidas de lo que hacen como son Gema y Nicola. Carlos que me acogió en Utopic Bazaar este último mes y con ello he descubierto aún más gente preciosa, creativa e inquieta. Cuánto alimento para el alma.

Y el broche para   mi madre  por enseñarme que no se puede desfallecer nunca, que siempre hay que dar más, exigir más, quejándose solo lo justo y poniéndole siempre una sonrisa como ella hace. Y para mi hijo que me ayuda a que esa sonrisa resulte aún más fácil.

La meta que me he puesto por delante queda aún muy lejos y a saber de qué manera, cómo, dónde, cuándo. Los interrogantes siguen ahí, al igual que seguimos todos siendo absolutos principiantes, lo dijo también Bowie aquel día, pero veo muy claro que por fin estoy en mi camino. Es duro, sí, pero soy muy afortunada de estar rodeada de gente BUENA.


Ahora id y pregonadlo ;)