Cabecera

"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo
que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Woolf

viernes, 9 de mayo de 2014

La Estupidez (I)


Estamos viviendo en el Planeta como si hubiera algún otro al que ir
Terry Swearinger




He vivido engañada toda mi vida, de muchas maneras, lo curioso es que lo he sabido siempre pero negaba la evidencia y de este modo estaba doblemente engañada. A nadie le gusta quedarse rezagado, no encajar, y yo, como tantos otros, he querido agradar, primero a los que tenía más cerca, después a la sociedad. Durante mucho tiempo me he obcecado en encajar en unos patrones que solo se correspondían con los intereses de otros, que respondían a un engranaje que nada tenía que ver con lo que yo era, que programó mi vida y me decía por dónde tenía que ir, qué tenía que consumir e incluso que debería pensar. Pero la vida no es eso, ojalá lo hubiera sabido antes.

Hoy hace quince días que asistí a las III Jornadas de la Moda Sostenible organizadas por  Slow Fashion Spain  y lo que allí oí y vi me reafirma en estas primeras observaciones de hoy y de qué manera. He tardado quince días en reaccionar, he necesitado tiempo para asimilarlo, todavía estoy en ello.

Una frase me dejó completamente impactada: 
“Lo que anhelamos es intangible y creamos una sociedad basada en lo tangible” 

se lo escuché decir a Ferrán Caudet, fundador de la Red Sostenible y Creativa, convencido defensor de un nuevo paradigma que nos conduzca hacia una sociedad menos enfocada en los resultados y más respetuosa  con su entorno.

¿Sabíais que si redujéramos a un año la existencia planetaria, el hombre habría aparecido en el último segundo del último minuto? ¿Y que en ese segundo le ha dado tiempo a dejar seriamente dañado el planeta en el que vive? ¿que la Naturaleza ya no tiene su capacidad de regeneración por esta brutal avaricia? ¿No es estúpido? Es hora de comenzar a hacernos preguntas dijo Manuel Quirós de Natureinspirius.

La Revolución Industrial trajo un completo cambio en el ritmo de vida de los hombres y puso de manifiesto su enorme avaricia. Había que consumir, y consumir productos que hasta entonces no eran necesarios  que se fabricaban en cadenas de producción salvaje, en jornadas laborales extenuantes ¿Y todo para qué? Para alimentar un sistema que lo último en lo que pensaba era en el hombre y mucho menos en proteger al planeta. 

Tirando piedras a su propio tejado, algo realmente estúpido.

La Industria Textil ha sido, es, una de las de mayor impacto medio ambiental por su alta toxicidad y donde se dan más casos de explotación laboral. Anualmente se producen y consumen cantidades ingentes de ropa fabricada sin los requisitos mínimos y que una vez desechada no se recicla, siendo, de este modo, otro elemento contaminante más.

Difícil, muy difícil, hacer que esto cambie, demasiados intereses creados alrededor de este sistema. Poderoso caballero don dinero. Pero si enfrentarse a ello es complicado la alternativa, como nos dijo Benjamín Itter de Lebenskleidung, es hacer que este modo de hacer las cosas resulte obsoleto. A nadie le gusta dejar de ser “cool”. Por eso comienzan a verse sonadas adhesiones a un modo sostenible y ético de hacer las cosas y ya comienza a oírse hablar de una legislación más restrictiva en esta materia.

Si cada uno individualmente cambia su modo de consumir, de vivir, el movimiento puede ser imparable y podremos empezar a hablar de un gran cambio. Como dijo Jesús Hurtado de SEAIS (Servicio Altruista e Integrativo de Salud):

 “Rompe los límites quien no se los cree”

No os perdáis su iniciativa, por cierto, muy esperanzadora.

Hay quien se ha sorprendido de no ver un post mío dedicado a  Gabriel García Márquez  conociendo de mi admiración por él. Desde su fallecimiento se han escrito muchísimas cosas, muchos elogios, cada uno intentando superar el anterior, casi una batalla a ver quién se había leído más libros suyos. Yo ya conté aquí  lo que supuso para mí descubrir su obra, una experiencia casi epifánica que me transformó como lectora (como a tantos otros) y que me acompañará mientras viva. Si hoy le menciono es porque, titulándose esta entrada como se titula, quiero hacer mención a su gran conocimiento de la esencia humana y por supuesto de lo estúpidos que podemos llegar a ser los hombres antes de dar nuestro brazo a torcer. 

Va por ti, maestro.





Pd. Sí, amenazo con seguir desarrollando la estupidez y sus variantes.