Que el nuestro sea un tiempo que
se recuerde por el despertar de una reverencia ante la vida; por la firme
resolución de alcanzar la sostenibilidad; por la aceleración en la lucha por la
justicia y la paz: y por la alegre celebración de la vida.
Carta de la Tierra,
2000
“I
am the King of the world”
gritaba Di Caprio en Titanic (¿quién no lo recuerda?) para unas escenas más tarde abrazar a una estremecida Winslet que ante la evidencia de tal afirmación bajaba la guardia y la dejábamos entregadísima a la causa de las aguas. Lo cierto es que, desde lo anecdótico de la frase, que supuso uno de los momentazos de la película, el Hombre como especie, desde que comenzó a dominar la situación según iban apareciendo avances científicos y tecnológicos, cada vez se lo fue teniendo más creído y realmente ha llegado a pensar que es el amo, el rey del mundo, y como tal lo ha estado tratando, como a un vasallo, exprimiéndolo.
gritaba Di Caprio en Titanic (¿quién no lo recuerda?) para unas escenas más tarde abrazar a una estremecida Winslet que ante la evidencia de tal afirmación bajaba la guardia y la dejábamos entregadísima a la causa de las aguas. Lo cierto es que, desde lo anecdótico de la frase, que supuso uno de los momentazos de la película, el Hombre como especie, desde que comenzó a dominar la situación según iban apareciendo avances científicos y tecnológicos, cada vez se lo fue teniendo más creído y realmente ha llegado a pensar que es el amo, el rey del mundo, y como tal lo ha estado tratando, como a un vasallo, exprimiéndolo.
La
situación de nuestro Planeta hace tiempo que comenzó a ser preocupante hasta el
punto de que o todos tomamos conciencia de la gravedad del tema o a la
velocidad del rayo este mundo nuestro dejará de ser habitable.
Hoy
que escribo esto resulta que es el Día de la Educación Ambiental que promueve
un proceso de aprendizaje en el que todos tomemos conciencia de nuestro entorno,
el impacto de nuestras acciones en el deterioro de nuestro ecosistema y con
ello conseguir la modificación de los modelos de comportamiento dañinos hacia
otros más respetuosos. Se pretende que cada individuo en su día a día incorpore
una serie de rutinas que a largo plazo tendrán un efecto positivo en la
conservación de nuestro mundo. Al mismo tiempo, se busca la cooperación y la
solidaridad entre todos los ciudadanos para hacer de la Tierra un planeta acogedor.
Seguro
que en algún momento habéis oído o habéis leído acciones que se denominan así
mismas “sostenibles”. La sostenibilidad es un concepto que comienza a ser
adoptado en multitud de proyectos de distintas ramas con objeto de frenar la
sobre explotación de la tierra y salvaguardar el equilibrio natural y los
ciclos de vida de todas las especies. En definitiva, que el impacto del hombre
sea lo menos devastador posible o, como dice la Wikipedia: satisfacer las necesidades
de la actual generación sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones de
satisfacer sus propias necesidades.
El
ideal sería que todos exigiéramos que lo que nos llega como consumidores a
nuestros hogares venga con este compromiso de sostenibilidad y lo lleve a cabo
con el mayor de los mimos. Cuestión de vida.
Respetar
la separación de residuos para su futuro reciclaje o reutilizarlos nosotros
mismos, reducir en la medida de lo posible todas las emisiones de gases a la
atmósfera que provocan el Efecto Invernadero: secándonos el pelo al aire, ahorrando
en calefacción, olvidándonos de tanta plancha… introducir paulatinamente en
nuestros hogares energías renovables o no malgastar las que tenemos, son
pequeñas acciones que podemos adoptar y que con el tiempo se transformaran en
hábitos que nos saldrán de forma espontánea.
Es
una tendencia que toma cada día más fuerza y a la que se unen diversidad de
proyectos cada vez más numerosos, ya sean relacionados con la alimentación: cultivos
ecológicos, cooperativas agrarias, o relacionados con la cosmética o con la
limpieza. También se suman las grandes empresas que adoptan compromisos de
sostenibilidad y concienciación ambiental. Y cómo no la moda, en la que se
sitúa el proyecto que yo encabezo: el Sinvivir y cuyo objetivo (entre otros muchos
ya que tiene vocación multidisciplinar) es crear ropa sostenible que respete
siempre la armonía con el medio ambiente y con la gente.
Según
voy acabando este post pienso que menudo contrasentido esto de los cultivos
ecológicos ¿no os parece? Un cultivo no debería de haber dejado de ser nunca
ecológico.
Tenemos
un planeta precioso, cuidémoslo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario