Estamos viviendo en el Planeta como si
hubiera algún otro al que ir
Terry Swearinger
He vivido engañada toda mi vida, de muchas maneras, lo
curioso es que lo he sabido siempre pero negaba la evidencia y de este modo
estaba doblemente engañada. A nadie le gusta quedarse rezagado, no encajar, y
yo, como tantos otros, he querido agradar, primero a los que tenía más cerca,
después a la sociedad. Durante mucho tiempo me he obcecado en encajar en unos
patrones que solo se correspondían con los intereses de otros, que respondían a
un engranaje que nada tenía que ver con lo que yo era, que programó mi vida y
me decía por dónde tenía que ir, qué tenía que consumir e incluso que debería
pensar. Pero la vida no es eso, ojalá lo hubiera sabido antes.
Hoy hace quince días que asistí a las III Jornadas de
la Moda Sostenible organizadas por Slow Fashion Spain y lo que allí oí y vi me
reafirma en estas primeras observaciones de hoy y de qué manera. He tardado
quince días en reaccionar, he necesitado tiempo para asimilarlo, todavía estoy
en ello.
Una frase me dejó completamente impactada:
“Lo que anhelamos es intangible y creamos una sociedad basada en lo tangible”
se lo escuché decir a Ferrán Caudet, fundador de la Red Sostenible y Creativa,
convencido defensor de un nuevo paradigma que nos conduzca hacia una sociedad menos
enfocada en los resultados y más respetuosa con su entorno.
¿Sabíais que si redujéramos a un año la existencia
planetaria, el hombre habría aparecido en el último segundo del último minuto? ¿Y
que en ese segundo le ha dado tiempo a dejar seriamente dañado el planeta en el
que vive? ¿que la Naturaleza ya no tiene su capacidad de regeneración por esta
brutal avaricia? ¿No es estúpido? Es hora de comenzar a hacernos preguntas dijo
Manuel Quirós de Natureinspirius.
La Revolución Industrial trajo un completo cambio en
el ritmo de vida de los hombres y puso de manifiesto su enorme avaricia. Había
que consumir, y consumir productos que hasta entonces no eran necesarios que se fabricaban en cadenas de producción
salvaje, en jornadas laborales extenuantes ¿Y todo para qué? Para alimentar un
sistema que lo último en lo que pensaba era en el hombre y mucho menos en
proteger al planeta.
Tirando piedras a su propio tejado, algo realmente
estúpido.
La Industria Textil ha sido, es, una de las de mayor impacto medio ambiental por su alta toxicidad y donde se dan más casos de
explotación laboral. Anualmente se producen y consumen cantidades ingentes de
ropa fabricada sin los requisitos mínimos y que una vez desechada no se recicla, siendo, de este modo, otro elemento contaminante más.
Difícil, muy difícil, hacer que esto cambie,
demasiados intereses creados alrededor de este sistema. Poderoso caballero don
dinero. Pero si enfrentarse a ello es complicado la alternativa, como nos dijo Benjamín
Itter de Lebenskleidung, es hacer que este modo de hacer las cosas resulte obsoleto. A nadie le
gusta dejar de ser “cool”. Por eso comienzan a verse sonadas adhesiones a un
modo sostenible y ético de hacer las cosas y ya comienza a oírse hablar de una
legislación más restrictiva en esta materia.
Si cada uno individualmente cambia su modo de consumir,
de vivir, el movimiento puede ser imparable y podremos empezar a hablar de un
gran cambio. Como dijo Jesús Hurtado de SEAIS (Servicio Altruista e Integrativo de Salud):
“Rompe los límites quien no se los cree”
No os perdáis su
iniciativa, por cierto, muy esperanzadora.
Hay quien se ha sorprendido de no ver un post mío
dedicado a Gabriel García Márquez conociendo de mi admiración por él. Desde su
fallecimiento se han escrito muchísimas cosas, muchos elogios, cada uno intentando
superar el anterior, casi una batalla a ver quién se había leído más libros
suyos. Yo ya conté aquí lo que supuso para mí descubrir su obra, una
experiencia casi epifánica que me transformó como lectora (como a tantos otros)
y que me acompañará mientras viva. Si hoy le menciono es porque, titulándose
esta entrada como se titula, quiero hacer mención a su gran conocimiento de la
esencia humana y por supuesto de lo estúpidos que podemos llegar a ser los
hombres antes de dar nuestro brazo a torcer.
Va por ti, maestro.
Pd. Sí, amenazo con seguir desarrollando la estupidez y sus variantes.
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