Para quien tiene miedo, todo son
ruidos.
Sófocles
A unas semanas tan solo del
lanzamiento del proyecto en el que llevamos meses pensando y trabajando (como ya
todos sabéis por esta expectación que intento crear ;) y en este último tramo,
será por Halloween o por culpa del gobierno, será por los eclipses o por que ha
temblado la tierra, pero el caso es que lo que más me preguntan ahora es si
tengo miedo. Y, francamente, no lo sé. Yo diría que no.
Debe ser por esta dosis
de inconsciencia con la que me dotó la Naturaleza y que me rodea como una
película protectora, o tal vez porque las ganas de parirlo y comenzar a
alimentarlo son más fuertes que los temores que a veces asaltan.
Yo no sabía cómo se podía materializar el miedo
en la vida de alguien hasta que un buen día decidí irme una temporada a Londres
con un billete de ida y el dinero justo, dejando aquí estudios, pareja,
familia, amigos. Ante esta decisión alguien muy cercano me dijo: “eres la
persona más valiente que conozco”. Yo no consideré que eso fuese un acto de
valentía, ahora con el tiempo sé que lo fue pero por entonces solo era una
opción más de las que tenía por delante y que quise vivir. Simplemente el miedo,
si lo había, no era la respuesta. Me sorprendió verlo en los ojos de los demás
ante mi decisión.
el miedo es una fuerza que me impide andar
Había llegado un momento de inflexión en el que
debía tomar varias decisiones importantes para continuar mi vida, cuando todavía
no sabía muy bien quién era yo y qué quería que fuera mi vida. No resultaba
fácil saberlo sin poder encontrarme a solas. Algo de esto comentamos cuando hablamos de identidad. El ruido de fuera puede conseguir ahogarte de tal manera
que llegue a desdibujarte y te reconozcas a duras penas en tus actos diarios.
Ahora, a un mes (más o menos) de que el
proyecto que estamos desarrollando vea la luz y que nos encontramos en un
sinvivir, vuelvo a oír de nuevo esas palabras sobre el miedo y el valor, y después
de los años que ya han pasado sigo pensando que el miedo, si lo hay, no es la
respuesta.
el miedo es la palanca que apagó la vida
Son días de mucho miedo en general. Vivimos la
época del miedo y de la indefensión aprendida. Mucha gente se queda sin trabajo
completamente desnortados y los que aún conservan su empleo prefieren no hacer
ningún movimiento en falso no vaya a ser que sean los próximos.
Ya nos tienen donde querían.
Nada mejor que insuflar el miedo en la gente
para que no alcen la voz y acepten con resignación estoica cualquier cambio que
les perjudica tanto si se tiene empleo como si no se tiene, no vaya a ser que
en un arrebato la liemos aún más, quién sabe, quizá si no nos revolvemos
demasiado todo empiece a mejorar.
Y mientras los gerifaltes hacen y deshacen en
aras del capital y su avaricia.
tienen miedo de decir y miedo de escuchar
El miedo nos domestica y paraliza. El miedo es
lo malo conocido antes que lo bueno por conocer, por malo que sea lo conocido.
El miedo no arriesga, no se equivoca. El miedo nos encierra y, a pesar de que
solo tenemos una vida que el tiempo pasa y que sabemos que de nada servirá
arrepentirnos por no haber actuado a tiempo, le cedemos la partida y la vida. Y
de este modo nos equivocamos por temor a equivocarnos.
miedo que da miedo del miedo que da
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