“No puedo decir que no esté en desacuerdo contigo”
Groucho Marx
Ya para un mes volcando palabras en la pantalla y disparándolas
al hiperespacio. Habrá quien diga que tampoco es para tanto que me queda aún
mucho por demostrar. Sí, de acuerdo, es un largo recorrido pero yo no salgo de
mi asombro. Lanzarme en plancha a esta aventura después de tantísimo tiempo sin
escribir para publicar me ha supuesto muchas cosas, unas previsibles y otras
sorprendentes y sobre todo gratificantes.
He llegado a este punto como esa enamorada que no cruza
palabra con el chico hasta que llega el día en que una amiga le da el empujón
susurrando “díselo”. De repente, se encuentra cara a cara con él, balbuceando
alguna frase inconexa y completamente aterrada. A mi me dieron ese empujón y
aquí estoy feliz, muy feliz, frente a este reto.
Esto no solo me ha obligado a cuestionarme a mi misma sino
que me ha puesto en contacto con gente extraordinaria (bien puesto aquí lo de
extra) que se me ha acercado con mucha humildad y grandes consejos. El mejor de
todos ellos ha sido el que me dio un amigo frente a un café hace unos días: “concédete
el derecho a dudar”, me dijo, “frente a la tentación de moverte entre
certidumbres busca siempre la doble cara, el matiz, la réplica, pocas cosas son
incuestionables”.
En este punto y como siempre que me encuentro en una
encrucijada, me pregunté yo a mi mismisidad: “Groucho ¿qué opinaría de esto?”
y, una vez más, no me defraudó me dio la frase que abre este post, que me parece buenísima, y más tarde recordé esa obra maestra del absurdo que es la escena del espejo en “Sopa de
Ganso” (Leo McCarey, 1933) el hombre dudando de su propia imagen reflejada.
Su afinado humor, su inteligencia, la soltura con la que se
movía en el absurdo, ese giro inesperado que le daba a todo y sobre todo su
amor por la vida, creo que facilita el
quitar hierro a las cosas tanto buenas como malas. El mismo se planteó un reto
“vivir para siempre o morir en el intento”. Durante el camino nadie como él supo
satirizar nuestras convenciones, poner en evidencia lo absurdo de muchos
comportamientos humanos y criticar al poder. Con su ejemplo se pierde el miedo
a dudar y a equivocarse. El humor es lo que tiene que no te deja ponerte
intensa pero profundiza, se lo recomiendo a cualquiera.
Si todo fuera previsible en la vida moriríamos de hastío,
seríamos máquinas. Así que, aquí estoy yo, de la mano de Groucho, afrontando un mes más con humor y con mis dudas. Entre
la duda paralizante y la del atrevimiento gana la segunda, con su
miedito, pero qué bien sabe, con el corazón a tope.
Por cierto, Groucho nos dejó frases y diálogos soberbios pero no es
cierto que en su epitafio diga “Disculpe que no me levante”. Lo que si es
cierto es que en cierta ocasión le dijo a un camarero "Si no me sirven enseguida,
me iré con indignación. ¿Puede alguien llamar a Indignación?"
Sígame, caballero, yo se la presento.
Rufus T. Firefly es un grupo madrileño que toma su nombre
del disparatado presidente de Freedonia en “Sopa de Ganso” y que a finales del
2012 sacó su segundo disco ø que merece
escucharse con atención y disfrutarse.
Que BUENAS Dudas!
ResponderEliminarSigue... no pares ;)